El proyecto de la primera bodega submarina del mundo contribuye a la regeneración de la vida marina en la costa vasca y al estudio de la misma. En Vizcaya, el fondo del mar esconde tesoros, se trata de vinos premium, allà conservados por un grupo de aventureros con una técnica de mantenimiento con la que pretenden revolucionar la industria del vino a través de pråcticas sostenibles, que salvaguardan a la vez las especies de esta zona del mar Cantåbrico.
Botella de Classic Crusoe Treasure |
Bajoelagua Factory, es una firma dedicada a la divulgaciĂłn sobre el medio marino y al desarrollo de proyectos empresariales vinculados al mar que en 2008 crea esta maravillosa bodega submarina, Underwater Wine y sus especiales vinos Crusoe Treasure.
El lugar elegido fue la BahĂa de Plentzia, en Vizcaya, al norte de España, conocida en antaño por la construcciĂłn de galeones que tenĂan como destino las Indias. A tan solo 700 metros de la costa y a 15 metros de profundidad, Bajoelagua Factory construyĂł un arrecife artificial con materiales no contaminantes para la colonizaciĂłn de la fauna y la flora para tratar de reducir al mĂnimo el impacto medioambiental.
Las estructuras de hormigĂłn que se anclaron en el lecho arenoso y que permiten el paso de las corrientes marinas se han convertido cuatro años despuĂ©s, en un hĂĄbitat lleno de vida y en un laboratorio enolĂłgico en el que, ademĂĄs de investigar si los vinos envejecen mejor en el fondo del mar que en tierra firme, se desarrollan simultĂĄneamente estudios de biologĂa marina.
Botella sumergidas de Bajoelagua Factory - Foto: BF |
Fue en 2010 cuando los responsables de Bajoelagua Factory instalaron los primeros mĂłdulos de envejecimiento controlado (MEC) de vino bajo el mar. "Quisimos investigar que habĂa quĂ© habĂa de cierto en la posible evoluciĂłn de las bebidas que se recuperaban de barcos hundidos. TenĂamos entendido que reaccionaban favorablemente una vez que se descorchaban, aunque llevaran cientos de años bajo el agua", explica Borja Saracho, gerente de la CompañĂa.
MĂĄs de una docena de Denominaciones de Origen se prestaron al experimento. Se instalaron diferentes sensores. Unos monitorizarĂan el comportamiento de los vinos, midiendo las condiciones de salinidad, presiĂłn, luz o temperatura y los otros para estudiar la vida del fondo de la bahĂa.
Botella de Passion |
La empresa comercializa estos vinos como un tesoro sumergido, numerado y Ășnico: Passion, un tinto que duerme 6 meses en barrica de roble y casi un año bajo el mar y Classic, otro tinto con un año de crianza en roble y 1 año de atesoramiento submarino. Ambos productos de lujo que se venden en series limitadas e incluyen un libro explicativo en la historia y caracterĂsticas del vino. El 10% de los beneficios se destina al mantenimiento del laboratorio submarino y al estudio del mar.
SegĂșn explica Saracho, los efectos que produce la inmersiĂłn subacuĂĄtica de las botellas estĂĄn corroborados por datos de laboratorio, los taninos se redondean, se potencia el aroma, la prolina cambia o se incrementa el color.
Foto ExpansiĂłn |
Ahora el negocio del vino incorpora una importante vertiente turĂstica, que incluye la posibilidad de visitar la bodega desde un barco o mediante una inmersiĂłn, asĂ como catas y degustaciones en alta mar.
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